Podemos encontrar varios tipos de calderas.
Los tipos más generales serían: Las Calderas Atmosféricas, Las Calderas
Estancas, Las Calderas de Bajo NOX y las Calderas de Condensación.
Las calderas Atmosféricas son las más antiguas, se
caracterizan por coger el oxigeno destinado a la combustión de la
zona donde se encuentra la caldera, normalmente la cocina. Este tipo de
calderas, necesitan una salida de humos de una verticalidad muy precisa para evacuar correctamente todos los vapores generados hacia el exterior de la vivienda.
Las calderas Estancas son algo más nuevas y seguras pues el
oxigeno para la combustión procede el exterior de la vivienda, el oxigeno es
recogido gracias a una método de doble tubo con el mismo centro por lo que la salida de
humos es también la entrada de oxigeno siendo menos probable que se produzcan accidentes por mala combustión.
Las calderas de Bajo NOX reciben ese nombre porque reducen
las emisiones de Oxido de Nitrógeno a la
atmósfera, para lograrlo bajan la intensidad de la llama bajando así la
temperatura de la combustión, al hacer esto se liberan menos gases nocivos a la
atmósfera. La pega está en que al bajar la temperatura de la combustión se
tarda más en calentar el agua por lo que se consume más gas. Para compensar esto
reparacion de calderas recomienda buscar calderas de Bajo NOx de eficiencia 5,
las cuales consiguen ahorrar más gas reduciendo el NOx enviado a la atmósfera,
por lo que su consumo y prestaciones equivalen al de una caldera convencional pero contaminando
menos.
Las calderas de Condensación son probablemente las más
eficientes actualmente. Estas calderas aprovechan el calor de los humos
y vapores, que en otras calderas son expulsados directamente, para volver a
calentar el agua. Gracias a esto reduce notablemente el uso del gas y calienta
el agua rápidamente, la pega es que necesita una salida de humos especial, por
lo que para adaptarse a este nuevo sistema deberá cambiar gran parte de su instalación.
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